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Jefe de de la Patrulla Fronteriza anuncia politicias laborales. Photo credit: Sandra  Galindo
Jefe de de la Patrulla Fronteriza anuncia politicias laborales. Photo credit: Sandra Galindo
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Agentes bajo la lupa

“¿Qué sientes al parar a mi gente? ¿Qué
sientes al saber que tienes el poder de frenar sus sueños?,” le pregunté a
nuestro nuevo compañero de clase cuando se identificó como agente de la
Patrulla Fronteriza.

Él, un joven anglosajón de aproximadamente 30 años, me contestó que para él solo era un trabajo.

Esto sucedió hace ya varios años, en una clase de español con la profesora Judith Minarik en City College.

Yo tenía poco tiempo en Estados Unidos, pero lo suficiente para saber de los abusos que muchos agentes de Inmigración cometían contra los migrantes.

Aunque él sintió mi rechazo, al salir de clases me dijo: “Si yo te dijera todo lo que yo he visto”, sus ojos llenándose de lágrimas, “me puedo meter en muchos problemas si te digo algo”.

Hasta ahora, marzo del 2014, decir que “temían por su vida”, ha sido suficiente para que estos agentes fronterizos queden exonerados, a sabiendas de su abuso de poder.

Según una investigación sobre la muerte de Anastasio Hernández Rojas a manos de agentes de esa dependencia en junio del 2010, ocho personas fueron asesinadas a lo largo de la frontera bajo circunstancias controvertidas mientras estaban en la custodia de agentes fronterizos estadounidenses.

“La Patrulla Fronteriza no entrena lo suficiente a sus agentes en alternativas menos letales de control de detenidos”, apuntó un informe de la Oficina del Inspector General (OIG) de Seguridad Nacional en septiembre del 2013.

El informe sugería que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza diera más entrenamiento a sus miembros en el uso de alternativas que no resultaran en daños severos o muerte y aconsejaba se les diera a los agentes una mejor preparación en la forma de reaccionar a eventos inesperados, como asaltos vehiculares o con piedras por parte de inmigrantes.


Meses después de ese informe, la Comisión Interamericana observa con preocupación que de enero del 2010 a lo que va del 2014, al menos 28 personas han muerto tras incidentes con agentes de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza, según un artículo en línea en Arcanoradio.com en febrero.

Por su parte, los agentes fronterizos alegan que “necesitan una protección completa en sus puestos de trabajo a menudo peligrosos”, según un artículo en el Union-Tribune el 27 de febrero.

En días recientes, ha salido a la luz una investigación independiente realizada por autoridades policiacas sobre las tácticas que la Patrulla Fronteriza utiliza. Este reporte dice que los agentes han disparado innecesariamente a lanzadores de piedras y deliberadamente se ponen delante de los vehículos como un pretexto aparente para disparar a los conductores que huyen.

En este reporte se examinaron los archivos de 67 casos de la Patrulla Fronteriza, incluyendo 19 siniestros mortales, entre ellos el de Hernández.

El 18 de febrero se sumó otra muerte más a esa lista. Un agente le disparó mortalmente al mexicano Jesús Flores Cruz, de 41 años de edad, quien aparentemente había ingresado al país de forma ilegal a través de una montaña. El agente dijo que el inmigrante le pegó en la cabeza con una piedra y tuvo que defenderse.

Será esta una muerte más que quedará impune por el exceso de fuerza, la violación a los derechos humanos, la cobardía, el abuso de poder, y la impunidad que prevalece en esta dependencia?

Si es así, qué lamentable es la realidad para nuestros migrantes: Tener que decidir si morirse de hambre  en su país o morir a manos de un agente fronterizo, el cual demostrará su fuerza contra quien atraviese, solo porque puede. 

En noticias de última hora, la Patrulla Fronteriza ordena cambios: el jefe de esta institución, Michael Fisher, anuncia nuevas restricciones sobre cuando estos agentes pueden disparar a los vehículos en movimiento y a la gente tirando piedras u otros objetos a los agentes.

Fisher publicó una directiva instruyendo a agentes a no dar un paso en el camino de un vehículo para abrir fuego contra el conductor, y no disparar contra vehículos que huían de los agentes.

Él también dio instrucciones a los agentes a buscar refugio de lanzadores de piedras cuando sea posible, y no disparar a las personas que lanzan objetos a menos que los objetos sean lo suficientemente grandes como para causar lesiones graves o la muerte.

Aunque son avances que ayudan a que en esta institución haya más transparencia; el tiempo dirá que nuevos pretextos encontrarán estos agentes para seguir siendo intocables.

Al pedirle su opinión a Pedro Ríos, director del Comité de Amigos de San Diego, respecto a las declaraciones del jefe de la Patrulla Fronteriza, comentó: “Esto no es un cambio de política, sino aclaración de la política. Ellos van a determinar que es lo que sigue; esto no garantiza la seguridad de los migrantes”.


Ríos añadió que “ahora la pregunta es, ¿cómo se van a implementar estas nuevas reglas en el campo; en el trabajo diario de los agentes?”

Para Ríos, una respuesta es evitar usar fuerza letal y que los agentes fronterizos tengan la táctica de retirarse del lugar.

También comentó, que aunque esto no es la respuesta que necesitamos, “abre la puerta para más discusión en el tema” y agregó que “el escudo y protección de la Patrulla Fronteriza se empieza a quebrar”.

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