Empresarios en National City batallan para mantener negocios durante la pandemia de COVID-19 (con podcast)
Negocios pequeños en la avenida Highland enfrentan dificultades con altos casos de COVID-19 y alto desempleo
July 9, 2021
Para leer la versión original en inglés, click aquí.
Antes de la pandemia, Rodeo’s Meat Market and Catering, un negocio familiar en National City, operaba una tienda, restaurante y servicio a domicilio para grupos grandes y empresas por todo el condado de San Diego.
Una vista a la página de Instagram, se puede observar fotos donde el negocio de Rodeo’s sirven tacos, aguas frescas y otros platillos mexicanos para empleados de Costco, profesores de San Diego City y Southwestern colleges y hasta para aficionados de los San Diego Chargers en el estacionamiento del estadio Qualcomm.
Pero el marzo del 2020 vino a interrumpir todo.
Órdenes de mantenerse dentro de casa por parte del estado y oficiales locales significaron que reuniones de cualquier tamaño fueron prohibidas. La única opción para Rodeo’s ‘s fueron las órdenes de comida para llevar.
“Cuando la pandemia pegó, con sus órdenes de encerramiento, nuestro negocio está basado en reuniones, ese es nuestro negocio principal”, dijo Alex Linares, el subgerente de Rodeo’s.
“Después de que todo eso paso, el negocio y los ingresos empezaron a derrumbarse”.
Un reporte del gobierno local dice que nueve de diez negocios pequeños reportaron haber sufrido impactos negativos por la pandemia en la región de San Diego.
Rodeo’s y muchos más en National City fueron entre los negocios impactados.
National City, la segunda ciudad más antigua en el condado de San Diego, ha sido impactada desproporcionadamente por altos casos de COVID-19 y por la oleada de desempleo que sigue subiendo.
El impacto de COVID-19 ha causado grandes dificultades para los negocios pequeños que normalmente son operados por familias en National City, ciudad que cubre 9.2 millas cuadradas y que tiene una población de más de 61,000 personas, según la página oficial de la ciudad.
“Las primeras estadísticas disponibles enseñan que National City tuvo el porcentaje más alto de casos positivos de COVID-19”, dijo la alcaldesa Alejandra Sotelo-Solis en una entrevista con City Times Media el pasado 5 de abril.
Ninguna población ha sufrido del COVID-19 en el condado de San Diego que la comunidad latina con el 54.5% de los casos en el condado, según datos publicados el 16 de junio.
En National City, el 63.5% de la población se identifica como hispano o latino, según la información más reciente de U.S. Census.
El porcentaje de desempleo de National City, quien tiene la sexta región más grande de empleo, de 17.9% es el más alto cuando se compara con ciudades de tamaño similar.
Mientras las restricciones de la pandemia empiezan a aflojar, hay quienes creen que más atención se le debe poner a las necesidades de los empresarios de la ciudad.
“Necesitamos estar pensando en cómo vamos a movernos hacia adelante y como vamos hacer esta recuperación más pareja”, dijo Nancy Maldonado, CEO de The Chicano Federation, una organización sin fines de lucro que ha estado sirviendo a la comunidad latina en San Diego desde 1969.
“No podemos esperar hasta que estemos en la recuperación para decir ‘hay, espera, necesitamos hacer esto más parejo’”.
Negocios pequeños normalmente sufren más durante una recesión porque tienen una reserva de dinero menor que empresas más grandes además de que es más difícil conseguir un préstamo bancario, según el reporte de SANDAG.
La mayoría de la avenida Highland está llena de negocios pequeños.
La avenida que recorre una milla y media y es considerada como el centro de National City empieza en la calle Division en el norte y termina en el río Sweetwater, que sirve como la frontera entre National City y Chula Vista.
Alguna vez llena de lowriders, la avenida ahora es el hogar de restaurantes pequeños, salones de uñas, peluquerías y mercados.
Pero esas empresas fueron de los sectores más afectados de la economía después de las restricciones a mitades de marzo del 2020, según el reporte de SANDAG.
En la intercesión de la avenida Highland y el boulevard Plaza se encuentra Price Breakers, un mercado que ofrece espacios de diferentes tamaños a empresarios para que vendan sus productos de ropa, joyería, y electrónicos como cristales, cartas de tarot y remedias herbales.
Divisores de madera y metal separaban los puestos dentro del edificio que tenía un techo alto, dándole un sentido como aire-libre.
Hoy en día el bazar de doble piso solo tenía unos pocos clientes y muchos espacios vacíos donde anteriormente estaban puestos de mercado.
“Desafortunadamente, varios negocios están cerrando”, dijo Ana Rozo, dueña de Family Decals, un negocio de anuncios y marketing dentro de Price Breakers. “Algunos de nosotros todavía estamos batallando por conseguir que regresen los clientes”.
Sotelo-Solis dijo que negocios pequeños como Family Decals no tienen abogados o contadores que les ayuden en el papeleo necesario para préstamos y ayudas financieras.
Tiene que haber documentación y contabilidad de ambas partes, del gobierno y el usuario para asegurar que el dinero se usó adecuadamente, dijo Sotelo-Solis.
“Lo que estamos aconsejando es que consigan ayuda de subcontratistas que los lleven de la mano en cada uno de los procesos”, dijo la alcaldesa. “Hasta yo, que soy bilingüe… y una oficial electoral, todavía hay cosas que no tengo idea como llenar”.
En abril del 2020, más de tres-cuartos de los negocios pequeños en la región de San Diego aplicaron para el programa de Paycheck Protection Program, según el reporte de SANDAG.
Uno de esos empresarios quien aplicó para el programa fue Matt Wray, el dueño de Dream Crystal Gifts y de Angel Petals Flower Shop en la avenida Highland.
Con la ayuda de su contador, Wray pudo obtener un préstamo con el programa PPP, lo cual le ayudó financieramente durante la pandemia.
Pero otros empresarios en el área fueron rechazados del programa. Rozo, quien es dueña de Family Decals y Heriberto Gerardo quien es dueño de Tortilleria El Grano de Oro intentaron aplicar para un préstamo con el programa PPP pero fueron rechazados.
Según la alcaldesa, los grupos más impactados dentro de la ciudad de National City fueron los trabajadores esenciales y los que perdieron su trabajo por las restricciones impuestas en su industria, un dato que también se refleja en el reporte de SANDAG.
En California, se consideran trabajadores esenciales aquellos que trabajan en agricultura, salud, transportación, servicios de emergencia y otros sectores críticos a la economía.
“Los trabajadores esenciales fueron un elemento. La otra fueron los hogares intergeneracionales”, dijo Sotelo-Solis.
Linares, subgerente de Rodeo’s dijo que él y el resto de la gerencia estaban preocupados que todos en la tienda se infectaran y llevaran el virus a sus casas.
“Los empleados son familiares, si nos pasamos el virus entre nosotros, con que solo uno se infecte, cambia todo”, dijo Linares.
Arturo Ruelas, el dueño de Birrias, Chivos & Cheves, dijo que cuando la pandemia primero comenzó, perdió a todos sus empleados y tuvo que hacer el trabajo de todos el mismo.
En algunos momentos la presión fue demasiada. Hubo días en los que tuvo que cerrar el restaurante.
Historias como esas representan la larga lista de dificultades de los más de 2,000 negocios pequeños, que son el latido de la comunidad.
Gracias a esos negocios, la ciudad de National City atrae a más de 100,000 personas por día, según Sotelo-Solis.
La oficina de la alcaldesa y el National City Chamber of Commerce fueron parte del equipo regional de recuperación nombrado COVID-19 Recovery Task Force, la cual fue creada para ayudar a las comunidades de bajo representación y ayudar al equipo de Small Business Development Center distribuir recursos.
“En este momento en la pandemia, lo que estamos haciendo es tratando de conseguir capital para volver a abrir”, dijo Chad Matkowski, presidente y CEO de Chamber of Commerce.
El Chamber of Commerce también organizó eventos virtuales en el mes de mayo para informar a la comunidad sobre el proceso para volver a abrir.
Pero la tecnología es una dificultad común en los hogares de National City. Casi 24% de la población en National City no tiene una suscripción de internet, y casi 14% de la población no tiene una computadora, según información de U.S. Census.
Esas estadísticas están muy por debajo de los promedios dentro del condado de San Diego, donde el 95% de la población tiene computadoras y 90% tiene suscripción de internet.
Para ayudar en el proceso de reapertura, National City creó un permiso, sin costo para que los negocios usen espacios públicos.
Esto permitió que negocios como Birrias, Chivos & Cheves pudieran poner carpas con mesas y sillas en el estacionamiento para poder servir al aire libre.
“Queríamos enfocar nuestros esfuerzos en permitiéndoles seguir operando su negocio y que logren pagar su nómina”, dijo Sotelo-Solis.
La parte más difícil de volver a abrir es que los dueños necesitan dinero para contratar a empleados, según Matkowski. Sin ese dinero, los dueños tienen que abrir solos y reconstruir sus negocios lentamente.
“Esa va a ser una de las maneras más difíciles para que los negocios vuelvan a abrir”, dijo Matkowski. “Los restaurantes son un gran ejemplo de eso”.
La nueva normalidad después de la pandemia va a ser un desafío o una gran oportunidad para los empresarios en la avenida Highland y otros como ellos.
“Nuestros negocios han sido resistentes”, dijo Sotelo-Solis. “Regresamos más fuertes”.
Traducción por Jonny Rico.
Esto es parte del proyecto The Highland Avenue Project y del programa Democracy and the Informed Citizen Emerging Journalist Fellowship.